En el contexto económico actual la palabra emprendedor cobra una mayor relevancia si cabe.
Cada mes el número de autónomos que se dan de baja es considerable y, con ellos, numerosos proyectos nacidos desde la ilusión que se desvanecen, bien por la tan mencionada crisis o bien por una mala gestión, mal enfoque de negocio, etc.
Lo cierto es que hoy en día se ofrecen numerosas herramientas para que el emprendedor/ra tenga toda la información necesaria para iniciar su andadura empresarial.
Por una parte tenemos la formación que se da ya en el colegio o en el instituto, con orientadores que procuran fomentar el desarrollo de las habilidades de los jóvenes, con proyectos como el Taller de Jóvenes Empresarios que promueve Valnalón o el clínic Joven Emprend@, iniciativas que procuran fomentar, incentivar y desarrollar el espíritu emprendedor.
Para poner en marcha el proyecto existen organismos públicos que favorecen la realización del proyecto, a la hora de agilizar los trámites (Ventanilla Única), para realizar planes de viabilidad o para lograr instalaciones a bajo coste (Valnalón, Viveros de Empresa...)
Lo cierto es que toda ayuda es poca para ese raro especímen llamado emprended@r, pero no por eso debemos pasar por alto las herramientas que tenemos a nuestra disposición.
Desde luego, lo que sí puedo decir es que todo aquel vaya a iniciar su andadura empresarial tiene ante todo mi respeto y admiración por perseguir un sueño y convertirlo en realidad.
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